Claves de la Seda

Durante el siglo XVIII Valencia vivió una etapa de recuperación económica, apoyada en gran medida en la manufactura de tejidos de seda. Se calcula que esta industria daba trabajo de forma directa o indirecta a la mitad de los habitantes de la ciudad y su término y conformó la fisonomía del barrio de Velluters. El Colegio del Arte Mayor de la Seda era el encargado de regular la profesión, cada vez más apartada del marco gremial y más cercana a la proletarización. Pero la producción estaba dominada por los comerciantes y dependía en gran medida de la demanda americana. 
A finales de siglo, la competencia de los tejidos de seda lioneses, más ligeros y con diseños cambiantes según la moda, inició la decadencia de la industria.