Valentia Romana (123 d.c)

En casa del patricio Lucius Antonius Niger, junto a la vía Augusta, se prepara y celebra un banquete en honor del matrimonio setabense Marco y Clodia. Mientras lo dispone todo, Domitia, la dueña de la casa, repasa los alimentos que se servirán y comenta con su marido los detalles de la carrera política de su hijo y la importancia de la educación y el matrimonio de su hija. Durante el ágape los invitados alaban la monumentalidad de la Valentia Imperial, en una cada vez más animada conversación, en la que se manifiesta la importancia cotidiana de la política y la religión.