Emilio Monzó Torrijo

Emilio Monzó Torrijo

Emilio Monzó Torrijo nace en Valencia el 28 de noviembre de 1920. Octavo de nueve hermanos ya todos fallecidos: Ramón, Ana, Luis, Tomás, Rafael, Dolores, Emilio I y Manuel fue alumno de la primera promoción del Instituto Obrero de Valencia donde recibió la base de su educación en dos cursos académicos con una duración de cinco meses cada curso. En este centro fue representante de los alumnos en el claustro de profesores. En estos años ya estaba afiliado a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU).

Dejó los estudios para irse a la guerra en de la denominada “Quinta del Biberón” junto a 500 jóvenes de las JSU. Los movilizados parten en tren desde la Estación del Norte de Valencia y llegan a Cataluña donde reciben la instrucción militar correspondiente; una vez concluida participa en la Batalla del Ebro, donde alcanzó la graduación de Teniente de Estado Mayor, integrado en la  1ª Compañía del 1º Batallón de la 1ª Brigada, sucesora del denominado V Regimiento de Madrid, del V Cuerpo del Ejército del Ebro; bajo el mando del Teniente Coronel Enrique Líster. Permaneció un año en el frente entre la Sierra de Pàndols en la cota 405 ó 705 (no lo recuerda bien Emilio) y la Sierra de Cavalls. 

Gracias a la formación recibida en el Instituto Obrero fue nombrado por el Gobierno de la República, Miliciano de la Cultura del Frente del Ebro. Esta tarea consistía en instruir a los soldados en el tiempo libre que permitía la dinámica de la guerra, y enseñar trigonometría a los artilleros. 

En la 11ª División, Emilio coincidió con Encarnación Hernández Luna o capitana Luna, como algunos la llamaban, que fue la única mujer que permaneció en el ejército republicano, después de la publicación de la orden del gobierno que no permitía a las mujeres luchar en el frente. Encarnación, camuflada entre sus compañeros de guerra, permaneció en el frente y llegó a comandar un batallón de ametralladoras hasta su muerte en el campo de batalla. 

Emilio, testigo presencial de las doce ofensivas del ejército nacional contra el ejército republicano sobre la Sierra de Pàndols, nos dice que el ejército de Franco no consiguió tomarla nunca. La batalla más terrible en la que se contabilizaron 2.500 bajas de ambos bandos fue la doceava ofensiva, en este ataque el bando sublevado disparó proyectiles con humo sobre la sierra, de manera que los soldados de ambos bandos no podían distinguir a quien disparaban, si a los enemigos o a los propios. En esta ofensiva murió la capitana Luna. Dice Emilio que aunque la bibliografía al uso recoge que el ejército nacional conquistó la Sierra de Pàndols no fue así, sino que Líster recibió la orden de retirarse a las 2:00 horas del 7 de noviembre de 1938 de la Sierra de Pàndols y cruzar el río Ebro. Solo entonces el ejército faccioso ocupó la Sierra de Pàndols.

A continuación con la 11ª División participa en la ofensiva de Cataluña entre diciembre de 1938 hasta febrero de 1939 que se saldó con el triunfo de las tropas franquistas. Emilio junto a sus compañeros de combate atravesó la frontera pirenaica como ciento de miles de españoles, que humillados y desmoralizados tuvieron que exiliarse en Francia. 

En una visita que realizo Emilio a Enrique Lister en Madrid en 1989, este en su libro "Así destruyó Carrillo el PCE" le escribió la siguiente dedicatoria: “A mi compañero de combate”.

En el país galo pasó por tres campos de refugiados ubicados en el sur de Francia: Argelès-sur-Mer, de donde se escapó dos veces junto a su compañero del Instituto Obrero Bartolomé Torralvo, en el campo de Septfonds y en el de Bram. 

Por estas fechas, a Emilio y a un compañero les ofrecieron desde Uruguay becas de estudio, documentación y transporte gratuito para desplazarse hasta el país sudamericano. No pudieron aceptar la oferta uruguaya porque es ese momento el mar lo dominaba la marina alemana, y era muy insegura y arriesgada la navegación.

A consecuencia de la ocupación alemana de gran parte de Francia, los ocupantes llevaron a cabo una movilización general que tuvo como consecuencia la falta de mano de obra en los diferentes sectores productivos, en especial en la agricultura y en la industria. Esta situación supuso para Emilio una posibilidad para abandonar los campos de concentración, donde se había desarrollado su vida desde el final de la contienda civil. Junto a un camarada, Emilio se trasladó desde el campo de Septfonds al de Bram para participar en una selección de hombres aptos para desempeñar tareas agrícolas. 

Relata que dos gendarmes fueron los encargados de realizar la citada selección. Esta consistía en que los candidatos respondieran correctamente tres preguntas relativas a la agricultura, uno de los gendarmes preguntaba en francés a los candidatos españoles, y el otro traducía las preguntas y respuestas contestadas. Emilio contestó bien las dos primeras preguntas, la tercera si bien no la sabía, con ingenio suplió esta carencia y consiguió superar la prueba. Hacía 1941 lo enviaron a Patay, en el departamento de Loiret, a trabajar en una trilladora cargando sacos de cereal. Su patrón, de nacionalidad francesa, era muy considerado con la situación de exilado de Emilio lo que le permitió trabar amistad, con Maurice, uno de los hijos del propietario. Es en este momento cuando conoció en Patay a su mujer, María de la Cinta Teresa Giné Balagué, nacida el 29 de Abril de 1918 en Amposta y también exiliada junto a sus padres. Ella, siguiendo la tradición familiar, se dedicaba a la alta costura. 

Cuenta Emilio que antes de la invasión alemana de Francia, el franco francés y el marco alemán tenía más o menos la misma equivalencia, pero tras la ocupación nazi, el nuevo gobierno alemán impuso que un marco alemán equivaldría a 20 francos, aproximadamente. Esta diferencia de paridad fue muy grande por lo que el trabajo en la trilladora francesa ya no le era rentable. Como en la zona ocupada se instalaron empresas alemanas que buscaban mano de obra, fueron muchos los franceses y extranjeros que aceptaron trabajar para los alemanes. Hacia 1944, Emilio contrae matrimonio con María de la Cinta en Orleans y fue a trabajar al campo de aviación de Brisy-Boule, ahora ocupado por el ejército alemán que lo pretendía reformar. Su primer trabajo consistió en ordenar acumuladores.
 
En el transcurso del tiempo entabló amistad con un ex-piloto de caza alemán, Franz Wailand que, a consecuencia del derribo de su avión en combate, había sido declarado por el ejército en la situación de inválido, y que en un principio desempeñaba en el campo el puesto de jefe del departamento de repuestos hasta que fue ascendido y Emilio ocupó este mismo puesto.

Relata Emilio que Frank le confesó que no comulgaba con la ideología nacionalsocialista y que le decía: “Cuando esta locura termine vente conmigo a trabajar en Munich”, pero Emilio nunca aceptó esta oferta. Cuando Frank tuvo un permiso de varios días y se desplazó a Alemania a visitar a su familia, como regalo le llevo a su mujer dos vestidos de alta costura confeccionados por María Cinta, que según cuenta Emilio, a pesar que su mujer cosió los vestidos solo con las vagas medidas dadas por Frank, los vestidos se ajustaron perfectamente a la silueta de la mujer de Frank, quedando ambos muy contentos por este acierto.

Orleans fue una ciudad muy dañada por los bombardeos alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Cuenta Emilio que en uno de los ataques aéreos se incrustaron unas bombas en las dos torres de la catedral de Orleans y sin embargo no las destruyó, pero murieron a consecuencia de este ataque 600 personas. Fueron muchas las noches que Emilio, su mujer, y la sobrina de corta edad de esta, tenían que salir corriendo por la noche desde casa al refugio antiaéreo más cercano ante los continuos ataques nazis sobre la ciudad. Hubo noches que incluso tenían que refugiarse dos veces consecutivas en el refugio.

Hacia 1944 Emilio Monzó participó en la guerrilla de resistencia antifranquista durante la posguerra española, más conocida como maquis. Según cuenta, el partido comunista organizó una célula en la zona de Orleans para llevar a cabo actividades clandestinas y difundir propaganda maqui. La Gestapo y la policía francesa si los descubrían los hubieran detenido, y extraditado a la España de Franco. 

En una ocasión fue capturado por los propios soldados alemanes del campo de aviación de Châteaudun, donde trabajaba en esos momentos, cuando portaba un paquete de pasquines maquis redactados en alemán para introducirlos y distribuirlos en el propio campo. Por la mañana, cuando se acercaba al campo militar para iniciar la jornada laboral, observó a lo lejos como los trabajadores que accedían a su puesto de trabajo se amontonaban a la entrada del campo de aviación, por lo que dedujo que los alemanes, ese día, solicitaban la correspondiente credencial a los empleados; Emilio retrocedió y al ser observado por un soldado alemán se deshizo del paquete de propaganda lanzándolo entre unos matorrales, sin embargo, le quedaron tres o cuatro pasquines en el bolsillo trasero del pantalón. Fue detenido y conducido al campo, junto con cuatro o cinco detenidos más y los dispusieron ante un muro. Allí fueron interrogados y cacheados, y en el caso de Emilio al no encontrar cargos contra él, fue puesto en libertad. Se libró de ser formalmente acusado porque los alemanes no le encontraron los cuatro o cinco pasquines, que se había escondido en el bolsillo trasero del pantalón, porque los pantalones de los uniformes alemanes no llevaban bolsillo trasero.

Finalizada la ocupación alemana Emilio permanece en Francia trabajando en una empresa eléctrica de capital suizo. Hacia 1950 él y su mujer emigran a Paraguay, por ser en esa época, el único estado democrático en Sudamérica, instalándose en la capital, en Asunción donde crea su propia empresa de electricidad. Cuatro o cinco años más tarde, debido a un accidente laboral tiene que cerrar la empresa y el matrimonio se va a Argentina porque en Asunción se entera que en este país se estaba construyendo una gran siderurgia. En primer lugar llegan a San Nicolás de los Arroyos (provincia de Buenos Aires), donde la empresa constructora "Techin Internacional" estaba construyendo la primera siderurgia argentina, al lado del río Paraná. Emilio trabaja en esta empresa durante la construcción de la planta como jefe de la oficina técnica, y una vez finalizada la obra, esta se trasfirió al gobierno argentino por medio de "Somisa" (Sociedad Mixta Siderurgia Argentina), Emilio permanece en la siderurgia trabajando como jefe de mantenimiento hasta 1982, fecha que se jubila a los 61 años de edad. 

El 7 de Noviembre de 1958 nació su único hijo en Formosa (Argentina) Emilio Daniel que en la actualidad vive en Xeraco y que es padre de cuatro hijos que viven en Argentina. En San Nicolás de los Arroyos falleció su esposa el 20 de octubre de 1986. En 2001 Emilio regresa a su Valencia natal.  

En el año 2011, Emilio Monzó participó como modelo fotográfico en la exposición "Los No Vencidos" organizada por el fotógrafo Juan Navarro, con el fin mostrar los últimos protagonistas de la memoria colectiva de gran parte del siglo XX español.

Emilio como aficionado a la escritura y la lectura ha traducido la obra de Henri Barbusse "L’enfer", y ha redactado su autobiografía novelada del exilio francés en una obra que ha difundido solo a conocidos y que ha titulado "Exilio" dividida en tres partes: “Libertad”, “Igualdad”, “Fraternidad”. 

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