El comercio

Valencia no permaneció al margen de las redes de intercambios. Hay un intenso comercio con el África bizantina y en menor medida con el Mediterráneo oriental, lo cual hace suponer que pudieron establecerse comerciantes foráneos, seguramente de origen judío en su mayoría, seguidos por los de origen griego y sirio, algo que se ha documentado en ciudades cercanas, como es el caso de Tarraco e Ilici. Ya durante el Bajo Imperio el comercio marítimo empezó a suponer la casi totalidad de los intercambios, una tendencia que parece mantenerse en el período visigodo y que va incrementándose por la creciente inseguridad en las décadas finales del reino.

 

 

Junto con el trigo, el principal producto de importación es el aceite que llegaba desde África, envasado en grandes contenedores cilíndricos. El garum y otras salsas de pescado siguen estando muy presentes, aunque hay pocos restos de recipientes de este producto, a lo largo de todo el litoral mediterráneo se han encontrado restos de varios centros de producción.

 

Procedentes de las zonas de Oriente Medio y las islas del mar Egeo llegan principalmente cargamentos de vino, y en menor medida ungüentos. Durante la primera mitad del siglo VI los intercambios con el reino ostrogodo de Italia llegaron casi a igualar a los que existían con los puertos norteafricanos, debido a la vinculación política de ambos estados, pero a mediados de la centuria el comercio volvía a proceder fundamentalmente del norte de África.

 

El predominio de los productos africanos se extiende a la cerámica, destacando la vajilla de mesa decorada con motivos cristianos, que suponen la mayoría de los hallazgos, junto con los recipientes de vino y aceite, y las lucernas. El predominio de las cerámicas africanas se mantiene hasta mediados del siglo VI, momento en el que se registra un progresivo descenso y en su lugar empiezan a aparecer producciones locales, en especial de la zona de Alicante y Murcia.

 

 

 

Continúan llegando ánforas, junto con recipientes para ungüentos, ollas, jarras y unas pequeñas ampollas cuyo origen se estableció en el área de Constantinopla. La gran presencia de productos originarios del Imperio bizantino no es algo sorprendente, teniendo en cuenta que una gran extensión del sur y el suroeste peninsular, incluyendo parte de la actual Comunidad Valenciana, estuvo bajo el poder bizantino.