La política (123 d.C.)

Los magistrados tenían un año de mandato, y el cargo era colegiado, siendo ocupado por dos personas a la vez, con el  objetivo de que las decisiones se tomasen de mutuo acuerdo. Para ocupar una magistratura, existía la obligación de haber desempeñado antes el cargo inmediatamente inferior, y no podían ejercer un segundo mandato hasta pasado cierto tiempo que dependía del cargo, pero que era al menos de dos años (aunque sabemos que estas dos condiciones se incumplían en ocasiones). Era el llamado cursus honorum, la carrera política de un individuo, que alternaba cargos administrativos, militares y judiciales, y requería una gran cantidad de dinero para financiarse, por lo que solamente los más adinerados podían acceder a ella, debido a los enormes gastos que suponía el proceso electoral y el desempeño de la magistratura, que muy a menudo requería que el propio magistrado sufragase gastos de su bolsillo, como financiar reparaciones de edificios o la organización de espectáculos. Otros requisitos incluían tener la edad mínima establecida para cada cargo y estar en plenitud de los derechos civiles.

 

 

Además de las magistraturas, existía el senado, la asamblea legislativa de la ciudad, cuyos miembros, los decuriones, ocupaban el cargo de forma vitalicia. El senado se encargaba fundamentalmente de fijar los impuestos, revisar las apelaciones, el nombramiento de jueces, supervisar préstamos hechos con dinero público, aprobar los espectáculos públicos y designar a los miembros de las embajadas y delegaciones que la ciudad enviaba al exterior.Todos los ciudadanos libres, tanto naturales de la población como residentes en ella podían ser elegidos. Las campañas electorales duraban unos tres meses, tras lo cual todos los ciudadanos acudían a votar el día fijado, según la tribu a la pertenecieran, ante una mesa formada por vecinos del municipio e interventores de los candidatos. Las votaciones eran secretas.

En el ámbito municipal que nos ocupa, los principales magistrados eran los dunviros (duumviri), la máxima autoridad municipal. Sus funciones eran políticas y judiciales, supervisando las elecciones del resto de magistraturas, desde la elección de los candidatos al simple hecho de ser incluido en el Senado local, las manumisiones de esclavos, las adopciones legales, la imposición de multas y, en caso de amenaza para la ciudad,la organización de la milicia para la defensa. Si ambos dunviros se ausentaban de la ciudad, tenían la obligación de nombrar a un prefecto (praefectus) de entre los miembros del Senado para que asumiera sus funciones durante el tiempo que durase la ausencia.

 

 

 

 

 

Por debajo de los duunviros estaban los ediles (aediles), cuyas tareas consistían en la distribución de los impuestos fijados por el Senado para el mantenimiento de la ciudad, los suministros necesarios y el mantenimiento de los edificios e infraestructuras públicas, como los templos, baños, las calles y las cloacas.

En un rango inferior  estaban los cuestores (quaestores), que ejercían de administradores de la caja municipal, y del cobro de las cantidades que fijaran los dunviros.

Los cargos administrativos eran completados por personal contratado para realizar las funciones de escriba y con esclavos de propiedad pública.