El conde de Carlet poseía numerosos aparatos para practicar la física experimental en consonancia con el espíritu de la época, como un telescopio, un microscopio, dos niveles de agua, una máquina neumática, una máquina de fuerza elástica, un telescopio solar, una esfera armilar, una bomba de latón, una piedra de imán y una máquina de gravedad.