Los experimentos en geometría y en la forma de tallar las piedras permitieron durante el siglo XV realizar unas estructuras arquitectónicas cada vez más liberadas de los típicos nervios góticos. La ligereza de las bóvedas de la sala de contratación de la Lonja se debe al hecho de que su resistencia está más en la curvatura esferoidal de la plementeria que no en los nervios.