Culto a ídolos, figuras o imágenes de deidades no cristianas. El cristianismo fue la religión oficial y exclusiva del Imperio romano a partir del año 380, pero muchos otros cultos pervivieron largo tiempo, sobre todo en las zonas rurales, llamadas “paganas”, de pagus –tierra–. Las actas de los concilios de la Iglesia visigoda están llenas de decretos que persiguen erradicar la idolatría pagana, pero muchos de sus ritos, como el culto a las aguas, las ofrendas o la peregrinación a determinados lugares, fueron simplemente asimilados por el cristianismo.