Paquita Torres López
Paquita Torres López nació en Madrid el 6 de junio de 1921 en el seno de una familia de clase acomodada. Su madre, María López, era ama de casa y su padre, Julián Torres Fraguas, fue un destacado miembro de la Agrupación Socialista de Madrid desde 1919. En este mismo año ingresó en la masonería en la logia “La Catoniana nº 336” de Madrid donde alcanzó el grado 3º. Profesionalmente era médico-cirujano y su adscripción al PSOE, le facilitó la atención médica de los gremios de panaderos y de artes gráficas de la Casa del Pueblo de Madrid. Perteneció al Comité Nacional de la UGT de 1932 a 1936 como vocal, en representación del Sindicato de Médicos. La casa familiar, cercana al Paseo de la Castellana de Madrid, contaba con diecinueve habitaciones ocupadas por la propia familia, el servicio doméstico y unos familiares que desempeñaban la función de administradores de la familia Torres Fraguas; y además, como era usual en la época, en una de las habitaciones su padre pasaba consulta médica. Paquita era la tercera de seis hermanos: Aurora, Carmen, Paquita, Maruja, Perseo y Armando. Actualmente solo vive su hermano más pequeño, Armando.
Cuenta Paquita que su padre tenía colgadas en la consulta médica, las fotos de Santiago Ramón y Cajal y de Pablo Iglesias; y que les decía a sus hijos que ambos prohombres eran sus abuelos. Su padre, Ramón y Cajal, y Gregorio Marañón descubrieron un suero para la bronconeumonía, que probaron su eficacia con Paquita cuando siendo niña padeció por tercera vez una severa infección broncopulmonar, que estaba acabando con su vida.
Los seis hermanos Torres Fraguas fueron alumnos del Instituto-Escuela en primaria y bachiller. Recuerda Paquita vagamente a la directora del centro, María de Maeztu. En este centro, auspiciado por la Institución Libre de Enseñanza, coincidieron en las aulas con los hijos de las elites madrileñas del momento: su hermana Aurora fue compañera de clase de Magda, hija de Margarita Nelken, y su hermana Carmen de Santiago, segundo hijo de la política socialista; también coincidieron Paquita y sus hermanos con la hija del jurista y político del PSOE Luis Jiménez de Asúa; con los hijos del médico y político socialista Juan Negrín, con los hijos del líder socialista Indalecio Prieto, con los hijos del histórico dirigente del Partido Socialista Obrero Español y de la Unión General de Trabajadores, Francisco Largo Caballero, con el nieto de Benito Pérez Galdós con quien jugaba Paquita. En estos años su hermana Carmen y su prima actuaban en el grupo de teatro universitario “La Barraca” dirigido por Federico García Lorca y Eduardo Ugarte.
En el curso 1936/1937, a consecuencia de la Guerra Civil, los alumnos del Instituto-Escuela son evacuados a Pedralbes, en régimen de internado. Paquita se unió a ellos a finales de curso por no poder desplazarse a Barcelona desde Asturias a causa del conflicto bélico.
Recuerda Paquita que su padre, Federico García Lorca, Indalecio Prieto, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Antonio Machado, y demás intelectuales de la época, se reunían un día a la semana a las 12:00 horas en el desaparecido café madrileño “La Granja”, sito en la calle Alcalá. Asimismo, estas reuniones de eruditos se repetían en los calurosos veranos de la meseta, en la casa de la familia paterna en Espinosa de Henares (Guadalajara). En la actualidad Paquita sigue pasando los veranos en esta misma casa.
De todos los políticos socialistas enumerados, a quien más recuerda Paquita es a Indalecio Prieto que además de unirle con su padre una gran amistad, era también su paciente, e incluso Paquita mantuvo con él correspondencia durante el forzado exilio. También recuerda a Margarita Nelken ya que asistía a mitines en los que ella participaba y además sus hijos eran muy amigos de sus hermanas.
Días antes del 18 Julio 1936, Paquita acompañó a su padre San Esteban de Pravia (Asturias) porque había sido designado como orador, en la inauguración de una plaza pública dedicada a Pablo Iglesias. A consecuencia del golpe de estado, el PSOE llama a su padre para que acuda a la mayor brevedad posible a Madrid al ser nombrado provisionalmente Ministro de Sanidad, cargo que desempeñó durante tres ó cuatro días. Por estos días enfermó, y murió un mes después de estar ingresado en el hospital de enfermedades infecciosas de Madrid, víctima de un virus desconocido para la época. Esta enterrado en el cementerio civil de Madrid, muy cerca de la tumba de Pablo Iglesias. Paquita, al permanecer en San Esteban de Pravia, no fue informada de la muerte de su padre hasta diez meses después.
En esta ciudad Paquita permaneció en casa de un matrimonio, oriundo de San Sebastián, muy amigo de la familia. En 1937 los tres intentaron llegar por mar a San Sebastián desde San Esteban de Pravia, pero ante los continuos bombardeos no pudieron pasar de Portugalete. En esta ciudad pasaban la mayor parte del día escondidos, en el interior de un túnel por los incesantes bombardeos por mar y aire de la Legión Condor alemana, y de la Aviación Legionaria italiana; por estas vicisitudes se encontraban cerca de Guernica cuando fue bombardeada por el ejército alemán. En cuanto pudieron regresaron a San Esteban de Pravia.
En un segundo intento por salir del norte de España, de San Esteban de Pravia consiguieron llegar a Bilbao, desde esta ciudad, en un avión de diez plazas utilizado para viajes del gobierno republicano, alcanzan Hendaya (Francia) y desde allí, Barcelona y finalmente Valencia a finales de 1937. El pasaporte que necesitaba Paquita para entrar en el país galo, lo consiguió gracias a las gestiones de Ramón González Peña, diputado socialista y dirigente de la UGT asturiana.
En Valencia, Paquita se reencontró con su madre, después de diez meses de separación. Desde Madrid se había trasladado a Valencia en las mismas fechas que el gobierno de la España fiel a la República arribaba a la nueva capital de España, a causa de la Guerra Civil. En esta etapa su madre trabaja en el Ministerio de Trabajo y Paquita de enfermera en un hospital de sangre, sito en el Colegio de los Salesianos de la calle Sagunto de Valencia, puesto de trabajo que lo consiguió gracias a la influencia de Juan Negrín, Presidente del Gobierno de la República entre el 17 de mayo de 1937 hasta 1945, ya en el exilio, y colega de su padre.
Recuerda Paquita que en Valencia coincidió un día con Santiago Carrillo en el mismo momento que su padre, Wenceslao, le regañaba por haberse pasado al partido comunista. La familia Carrillo se había trasladado también a Valencia, y se instaló a vivir en un piso alquilado, que era propiedad del jefe de quien años después sería el marido de Paquita; en el mismo edificio vivían las hijas de Largo Caballero que entre el 4 de septiembre de 1936 y 17 de mayo de 1937 fue Presidente del Gobierno de la Segunda República. Ratifica Paquita que la Falange ofreció a Largo Caballero, el canje de su hijo Luis, preso en la cárcel de Sevilla del bando nacional, por José Antonio Primo de Rivera, pero Largo se negó y el Consejo de Ministros firmó la sentencia de muerte de José Antonio. Con el fusilamiento del fundador de la Falange, desaparecía la posibilidad que Luis Largo saliera de la cárcel. Según Paquita, Franco fue el instigador de este canje, porque sabía que Largo Caballero se negaría al intercambio de presos, aunque supusiera la libertad de su propio hijo, y el consiguiente fusilamiento del Jefe de la Falange.
Acabada la guerra civil, Paquita se queda a vivir en Valencia junto a su madre y cuatro de sus hermanos. Aurora había pasado toda la guerra civil en Madrid, y su hermana Maruja, vestida de miliciano, poco antes del final de la contienda, logró entrar en Madrid. Carmen, su otra hermana, fue denunciada en los primeros de los años de la posguerra, por “roja”, pero la denuncia no prosperó porque en esos años su novio, y futuro marido, era falangista.
Paquita conoce a su futuro marido en Valencia, Francisco Alós, que en la guerra había estado en la intendencia de la República en Alcira, y se casan en 1945. La situación económica de la posguerra hace que la familia tenga que emigrar a Venezuela en busca de una vida mejor. En Valencia, su marido trabajaba en la empresa “Ortí y Bau” dedicada a la publicidad. El domicilio social estaba en la calle Lauria y realizaba trabajos publicitarios, entre otras empresas, para el Teatro Ruzafa, y la Plaza de Toros. Su jefe en estos años era el cónsul de Perú en Valencia, y consiguió un pasaporte para el marido de Paquita, en el que figuraba ella en el apartado de “esposa”, y con este pasaporte, y el falso encargo del jefe de su marido de rodar una serie del “Nodo” en Londres, la pareja salió de España rumbo a Londres, con parada técnica en Lisboa porque el avión al haber participado en la Segunda Guerra Mundial en el bando aliado, presentaba problemas técnicos. En Portugal se alojaron, a cuenta de la compañía, en un hotel de cinco estrellas en Estoril, donde coincidieron casualmente con unas jovencísimas, Pilar y Margarita de Borbón. A continuación prosigue el viaje el desvencijado avión con paradas programadas y otras obligadas por el mal estado del avión en Islas Azores, Jamaica y Caracas. Al final, el viaje duró dieciséis días y ocho días después este viaje, el avión se estrelló.
El matrimonio inicia una nueva vida, en Caracas donde nacieron sus dos hijos, Roger en 1949 y Raúl en 1958. Su marido abrió una gestoría, y Paquita trabajó de enfermera en un hospital, donde atendió a muchos pacientes judíos que provenían de campos de concentración alemanes.
En esta ciudad pertenecieron a la Agrupación del PSOE de Caracas. Su marido, junto a los tres hermanos Plaza que en habían vivido en El Cabañal, y otro valenciano, que no recuerda Paquita su nombre, fueron los impulsores de la fundación del Centro Valenciano de Caracas. Este centro estuvo abierto solo tres años, porque los valencianos residentes en Caracas no financiaban el mantenimiento de este centro, sin embargo los centros de Canarias, Gallego, Asturiano, Catalán, Vasco y Español permanecieron abiertos. Con gran pesar de su marido y demás fundadores, el Centro Valenciano de Caracas se tuvo que cerrar.
En 1998 Paquita y su marido vuelven a Valencia porque su marido quería morir en su ciudad natal. Su hijo Roger permaneció en Caracas donde trabajó de mago, y su hijo Raúl, químico, continuo viviendo en Canadá donde había estudiado Ciencias Químicas con una beca del gobierno venezolano. En 1999 falleció su marido. Actualmente Paquita tiene 93 años y vive en Valencia con su hijo Roger, ya jubilado, que se ha desplazado de Caracas a Valencia para atender a su madre.