En 1096, dos años después de haber conquistado Balansiya, el Cid convirtió la mezquita mayor en catedral consagrada a Santa María como sede de la diócesis heredada de los tiempos de la Valentia visigoda. Con todo, los pocos cristianos que quedaban bajo dominio musulmán, en vez de ponerse del lado del Cid, apoyaron a los almorávides.