La Restauración (1874-1931) estableció un sistema político bipartidista pactado, el llamado turno pacífico. Para garantizar la estabilidad y evitar períodos revolucionarios como el Sexenio Democrático (1868-1874) los dos principales partidos monárquicos, Conservador y Liberal, pactaban el ganador antes de cada elección. Así, a través del fraude electoral sistemático propiciado por el caciquismo, dejaban fuera del sistema a los republicanos y carlistas.