Azulejos

Durante la segunda mitad del siglo XIX las grandes fábricas azulejeras que habían poblado la ciudad de Valencia se trasladaron a otros pueblos por causas higiénicas y por la revalorización inmobiliaria de los solares. El auge exportador de azulejos, mosaicos y ladrillos hidráulicos de aquella época reside en la base de la potencia de la actual industria cerámica valenciana.