Los señoritos (julio de 1902)

Durante la República, los bienes de consumo se igualaron de alguna manera al gusto y a las necesidades impuestas por los nuevos aires de entreguerras. En algunos ámbitos el aire fresco sirvió para llevarse consigo la cultura elitista y el gusto dandy y burgués del siglo XIX. Los intelectuales modernistas inconformistas dejaron de tener sentido en una sociedad donde la cultura estaba democratizada y las masas sustituyen al individualismo. Se incrementan las ventas de bienes culturales y de ocio como distracción y diversión.

 

En València, las tertulias que habían sido de tinte elitista durante el siglo XIX, se trasladan a los cafés tradicionales (España, Ateneo, Agricultura, Inglés o la Escocesa), estos lugares eran frecuentados por intelectuales de la época como Max Aub, Renau, Ángel Gaos o Gil-Albert, por políticos y por jóvenes con inquietudes culturales.

 

Las clases acomodadas solían disfrutar de estaciones termales de gran reputación como las de Cestona, Caldes de Montbui o Fortuna. También acudían al balneario de Les Arenes junto a la playa del Cabanyal.