Impuestos municipales

Los vecinos de Valencia pagaban exclusivamente impuestos indirectos, ya que la oligarquía se encargó de eliminar los tributos directos que hacían pagar más a los grandes propietarios. Los impuestos recaían sobre el consumo de alimentos y el comercio de mercancías, pero no los recaudaban los oficiales municipales sino que la ciudad los subastaba anualmente a cambio de un precio que el comprador amortizaba cobrando el impuesto correspondiente. Eso permitía al municipio contar de golpe con los ingresos pero nunca tenía suficiente y debía recurrir a los censales.