Martirio de San Vicente

Vicente, diácono del obispo de Caesaraugusta (Zaragoza), fue trasladado a Valentia y martirizado allí, en el contexto de la última gran persecución de cristianos decretada por los emperadores romanos en el año 304. Su cadáver fue arrojado al mar atado a una gran rueda de molino, como suele representarse, pero cuenta la tradición que las olas lo devolvieron a la playa y los fieles cristianos lo recogieron y sepultaron en el lugar donde hoy se levanta el monasterio de San Vicente de la Roqueta. También es visitable actualmente la Cripta Arqueológica de la prisión de San Vicente mártir, una capilla funeraria visigoda vinculada a la celda donde el santo fue azotado y martirizado. Se encuentra cerca de la catedral, en la plaza del Arzobispo.