En el 711, Valencia inició una nueva etapa ligada a la cultura islámica. La medina comenzó a crecer en época califal y alcanzó un gran desarrollo al convertirse, en 1010 en la capital de un Reino de Taifa Independiente.
El Cid se hizo con Balansiya a finales del siglo XI, pero los almorávides reinstauraron el dominio musulmán poco después de su muerte en 1102. A partir del 1171 Balansiya fue gobernada por los almohades hasta 1238, año en que capituló y pasó a ser de dominio cristiano de manos de Jaime I el Conquistador.