Soy José Luis Colomina, burgués, hijo de Luis Colomina y sobrino-nieto de José Colomina.

Nací en 1873, hace 28 años. He estudiado en la Universidad y he viajado por Europa. Allí, además de tratarme con la más alta sociedad de Milán, París y Londres, aprendí que hay que parar los pies a las ideas republicanas, socialistas y anarquistas antes de que infesten la sociedad. Aquí mismo, en Valencia, los republicanos de Blasco Ibáñez ya han logrado llegar a las Cortes y acaban de ganar las elecciones municipales. La gente de orden, los carlistas y los partidos turnistas, deberíamos unirnos en una gran Liga Católica para inculcar a los obreros el amor a la propiedad, la religión y la patria. Precisamente acabo de enviar al diario Las Provincias de Teodoro Llorente una oda en lemosín a los valientes soldados que lucharon por España en Cuba. Con todo, no me queda mucho tiempo para escribir, ya que, aunque puedo vivir de las rentas de los negocios y propiedades de mi padre, tengo una vida social muy intensa. Ahora, junto a mi prometida, una dama de linaje, estoy preparando la conversión de la antigua fábrica de sedas de mi tío abuelo en un confortable palacio.