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El Siglo de Oro (primavera de 1499)
El desarrollo económico de la ciudad de Valencia durante el siglo XV propició un ambicioso programa de renovación urbana y estimuló las artes y las letras. La Llotja es el colofón de una larga nómina de edificaciones civiles y religiosas que fueron erigidas en este periodo.
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El comercio (verano de 1499)
Valencia se convirtió en el siglo XV en una importante plaza comercial, a través de la cual se distribuía la producción agrícola del reino y las manufacturas de la capital y su entorno: textiles, lozas, cueros o papel. Desde su apertura en 1499, la Llotja pasó a ser el corazón en el que se cerraban las transacciones.
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Un matrimonio de interés (verano de 1499)
Algunos comerciantes procedían de antiguas familias menestrales que habían abandonado la manufactura para dedicarse al intercambio. Muchos hicieron fortuna y continuaron su ascenso social emparentando con algún linaje de la baja nobleza. La exhibición del lujo estaba garantizada en los esponsales.
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Los Borja (verano de 1499)
Los Borja, familia noble de origen jativí, era una de las más poderosas de su tiempo en la Corona de Aragon y en Italia, con gran influencia en la jerarquía eclesiástica. Dos de sus miembros llegaron al papado: Alfons (Calixto III) y Roderic (Alejandro VI), y desde allí impulsaron los contactos entre Roma y Valencia, propiciando la llegada del Renacimiento.
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Los impuestos de la ciudad (diciembre de 1499)
Las finanzas del municipio de Valencia se basaban en los impuestos y la deuda pública. Entre los primeros estaban las sisas que gravaban el consumo, la producción y el comercio. Los censales eran una forma de renta que el municipio se comprometía a pagar a cambio de la entrega de un capital.