Soy Ibrahim, hijo de Ahmad ibn Galib.
Tengo ya 8 años y vivo con mis padres, Ahmad y A’isha, en Balansiya. Voy a una de las escuelas del barrio, donde he aprendido a leer y escribir el alifato e intento recitar de memoria las suras y versículos del Corán. Muchas veces llevo conmigo una escápula de cordero con el alifato grabado para repasar las letras. En la escuela escribimos con estiletes de caña bañados en tinta de lana quemada sobre tablas de madera que vamos rascando conforme las tenemos completas. En casa todos me cuidan y quiero mucho a mis padres, hermanos, tíos y primos, pero especialmente me gustan las historias que me cuenta el tío Hassan sobre el Yemen, nuestra patria de origen, y sobre nuestros antepasados, como aquel que luchó contra el Cid.