Soy Arnau Mascó, caballero, barón de Chóvar.

Soy el caballero Arnau Mascó, de 56 años, barón de Chóvar, y resido en Valencia, que rebosa de nobles y mercaderes. Mi hijo y heredero Baltasar está casado con una de las hijas del señor de Pedreguer. Lluís, el mediano, se casará con Úrsola Toviá, la hija de un rico mercader que entregará una dote muy generosa: 15.000 sueldos, tierras en Picassent, rentas y un ajuar repleto de sedas y platería. Isabel, mi hija pequeña, quiere desposarse con uno de los hijos del señor de Alfara, pero yo prefiero que ingrese en el monasterio de la Zaidía. Mi mujer la respalda, pero no creo que nuestra malparada economía pueda resistir el pago de una dote. Deberíamos fijarnos en Roderic de Borja, el papa Alejandro VI, que sitúa a cada uno de sus hijos en una posición estratégicamente diferenciada: Joan, barón de Sella, como cardenal en Roma; César, como jefe de los ejércitos pontificios y como cuñado del rey de Navarra, y Pere Lluís, duque de Gandia y barón de Llombai, haciendo fortuna en Valencia, como muestra el hermoso palacio que acaba de construir frente a la iglesia de San Lorenzo.