Soy Joan Cerdá, corredor de oreja, natural de Valencia.

A los 14 años entré al servicio de factores toscanos en Valencia y después trabajé con ellos en Livorno. Aunque tenía poco dinero fui participando en comandas y negocios gracias a las letras de cambio y a mis contactos, hasta que pude acumular el capital suficiente para tratar por mi cuenta. Ahora he regresado a Valencia y estoy inscrito en los memoriales del Consell como corredor de oreja. Me encargo de poner en contacto a mercaderes entre sí, tarea fácil porque ahora Valencia es un hervor de negocios. Por una parte, estas tierras son fértiles en productos que interesan a los comerciantes extranjeros y, de la otra, la presencia de los valencianos es cada vez más importante en Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Castilla, Granada y África. También negocio con los capitanes de los barcos para transportar las mercancías y contrato los seguros necesarios para hacer frente a los riesgos de la mar. Además, estoy asociado con el florentino Cesare di Barzi para vender esclavos negros de África. Es un excelente negocio.