Soy Francina Sanç, noble, esposa de Arnau Mascó, barón de Chóvar.
Nací hace 46 años en el seno de una familia noble de Gandia. Me casé a los 20 con Arnau Mascó, barón de Chóvar, y hemos tenido tres hijos: Baltasar, Lluís e Isabel. Ahora estamos preparando la boda de Lluís con la hija del adinerado comerciante Miquel Toviá. Será una celebración con todos los lujos: en la catedral, con ministrers, fuegos de artificio y un convite en el que se podrán ver platos llenos de suntuosidad e imaginación. Incluso he logrado algunos de los cocineros que prepararon el banquete con el que el rey Fernando el Católico cumplimentó al actual papa Alejandro VI. Para Isabel me gustaría una ceremonia igual de importante, pero mi marido Arnau se niega a pagar una dote cuantiosa y prefiere recluirla en el monasterio de la Zaidía. Es aficionada a leer el salterio y la Leyenda áurea, que ahora proliferan impresos, incluso hojeó fragmentos de la Biblia en valenciano que teníamos en casa y de la Vita Christi de sor Isabel de Villena, pero la verdad es que su vida no es tan piadosa como debería serlo para ingresar en un orden religiosa.