Soy Pere Compte, maestro picapedrero de la Lonja de mercaderes.

He llegado a la vejez repleto de honores y reconocimientos gracias a mi gran obra, la Lonja, un auténtico templo del comercio a la altura de la importancia que el negocio mercantil tiene en la ciudad. Después de 15 años de obra acabamos de inaugurar la Sala de Contratación, un imponente espacio al tiempo que sutil y ligero gracias al arte de la geometría. Aprendí a experimentar con ella gracias al maestro Valdomar cuando trabajábamos en la construcción de la Capilla Real del Convento de Santo Domingo hace casi medio siglo. Con él fundé el gremio de picapedreros, del que soy maestro, y poco después de su muerte le sustituí al frente de las obras de ampliación de la catedral. Este hecho me consagró y me ha permitido participar en la construcción de muchos de los magníficos edificios que se están alzando en la ciudad, como el palacio de la Generalitat y el Estudi General. Fui nombrado maestro picapedrero de la Ciudad y se me encargó la construcción de la Lonja. Ahora, después de una vida dedicada al arte de la piedra, el compás y la regla, ya puedo morir tranquilo; mi nombre será recordado para siempre.